Cuando pasó lo peor del temporal seguimos pescando (...) Con un frío del diablo, mojados, olas barriendo cubierta, golpes, caídas, sueño, cansancio. Fueron un par de semanas más a ese ritmo, un par de semanas en las que estuve permanentemente mojado, aterido de frío y agotado; con la única visión a mi alrededor de olas enormes y grises, y una sensación de lo más irreal de pérdida absoluta de la noción del tiempo y el espacio.
Recuerdos de Gran Sol
