Un reencuentro en Ceuta y el asombroso Dynamogracht

En el preciso instante en el que tecleaba el punto y final (cómo adoro los puntos finales -a pesar de que luego raras veces lo son-) el barco escoró pronunciadamente, casi tanto como para alarmarse uno, y con la subsiguiente escora a la banda contraria -no menos pronunciada- un libro se deslizó del anaquel en el que estaba estibado y me cayó en la cabeza. La República de Platón, nada más y nada menos.

Un día en Génova

(...) También había buen número de madonnas en aparatosas y recargadas hornacinas de piedra situadas en esquinas de edificios, vírgenes consagradas tal vez a marinos y navegantes, o quizás a mercaderes o soldados.

A bordo del Lola, en la mar, en los 41º 04’N y 010º 17’E. Navegando en demanda de Cap Bon. A 6 de septiembre del 2011. Martes. Ayer pasé el día en la ciudad. Habíamos zarpado de Livorno a primera hora de la mañana del sábado. Las operaciones de carga habían finalizado poco antes de las cuatro de la mañana, (...) Recalamos en Génova en torno al mediodía y fondeamos en la profunda rada de su golfo, prácticamente en el mismo lugar que en el anterior viaje.