La Medina Antigua

(...)     Tras el trámite de aduanas, ya con el pasaporte en regla, salí a estirar las patas por Casablanca. Nada más salir del recinto portuario me abordó un moro sonriente y locuaz, versión marroquí de un relaciones públicas, que debía estar allí permanentemente apostado al acecho de navegantes; ducho en una decena de idiomas, vendía las bondades del Seamans Club, un «auténtico paraíso para el marino», indicándome su dirección. Pero no le presté atención y, cruzando el Boulevard des Almohades, me adentré en la Medina Antigua.

Stat rosa pristina nomine…

A bordo del Cabo Cee, fondeados en la rada de Setúbal. A 20 de febrero del 2012. Lunes.     Estamos fondeados de nuevo en la rada de Setúbal. Tras la comida me tumbé a echar una siesta. El sueño fue profundo. Tras una hora de reposo el despertador me devolvió al mundo al toque de Ganando barlovento. Me estiré y desperecé, mirando al techo y abandonándome un rato a mis pensamientos. El barco estaba inmóvil, anclado en el resguardado estuario.

De nuevo, Casablanca

Muelle de graneles, Casablanca.

    A medida que avanzábamos los barcos fondeados en la rada iban surgiendo de entre la bruma, quietos y fantasmales, presos de las sólidas cadenas que los anclaban al lecho marino. Imaginé la misma escena antaño, en los tiempos anteriores a la electrónica. Un solitario marinero de guardia en el castillo de proa haciendo sonar una pesada campana de bronce -un repique de cinco segundos, a intervalos de un minuto- cuyo tañido sonaría nítido a través de la niebla advirtiendo a otros navegantes de la presencia del buque fondeado.

Agadir

Las grúas descargan los buques atracados en los muelles de Agadir.

Agadir. Esta ciudad africana, fundada por navegantes portugueses hace más de cinco siglos, es en la actualidad un destacado destino turístico. Su puerto sigue siendo importante, sobre todo el pesquero. Nosotros estamos amarrados en el Port D’Anza, que es una extensión al puerto viejo; un nuevo puerto comercial más grande y apropiado al tráfico mercante de estos tiempos.

Anclados frente a la costa africana

Luna llena sobre Agadir

La Luna estaba llena y se alzaba sobre Agadir, cuyo bullicio podía apreciarse como un sordo murmullo en la noche. Las luces de la ciudad y del puerto lanzaban reflejos anaranjados y titilantes sobre la Mar.

Último tornaviaje en el Lola

@_elnavegante_ navegando hacia el atardecer en el último tornaviaje del Lola.

A veces salgo al alerón y me asomo, acodado en la regala, y observo la Mar con detenimiento desde unos treinta metros de altura. Observo su voluble superficie -azul, verde, gris, negra…-. La escruto intentando en vano penetrar en sus ocultos misterios. Me pregunto qué albergará en sus profundidades, qué secretos esconderá. Qué habrá allá abajo, muy abajo, en el lecho marino; en esos obscuros y silenciosos abismos que nadie nunca ha explorado. Cómo será la vida allí, cómo los seres que la habitan, allá donde no llega la luz jamás.

Los piratas tunecinos

Las autoridades de aduanas se acercan ... Vis cómica del dibujante holandés Jan Sanders.

Ya en el puente, tras tomar la guardia, observé la Mar con detenimiento. La Luna ya se había puesto y nubes negras cubrían el firmamento, era una noche obscura. El viento era fresco, del Sudoeste; aquel que los italianos denominan Libeccio, nuestro Lebeche. La Mar nos incidía por la amura de estribor, las olas golpeando con estruendo acompasado contra el casco del buque.

Buena Suerte, muchachos

Delfines nadando justo a proa del Lola en una placida mañana de octubre.

A bordo del Lola, en la Mar. En los 41º N, 002º 32’E. A 4 de octubre del 2011. Martes. De nuevo guardia de alba. Amaneció hace poco, el Sol salió hará cosa de un cuarto de hora y proyecta una estela naranja de reflejos sobre el Mediterráneo. Estaba acodado en el alerón de estribor, disfrutando del tranquilo y tibio amanecer. De repente un delfín saltó cerca de nosotros, a un cable escaso por el través. Se zambulló de nuevo y volvió a emerger metros más adelante en otro prodigioso salto, justo en la estela del Sol naciente, quedándose suspendido un breve instante en una imagen inolvidable, recortado en negro sobre la estela naranja.

Avería en Casablanca

Vista del muelle en el que atracamos, el Quai du Terminal à conteneurs, en la nueva terminal de contenedores del puerto de Casablanca.

A bordo del Lola, atracados en Casablanca, Marruecos. A 29 de agosto del 2011. Lunes. Me encontraba yo en mi camarote, escribiendo, cuando sonó el teléfono interno. El capitán me avisaba del fin de las operaciones de carga y la inminente maniobra de salida. Cerré mi Mac, me preparé y subí al puente. Allí me puse de inmediato a alistar el puente para salir a la Mar encendiendo y configurando equipos, preparando cuadernos...

Un paseo por Sfax

Vista del tunecino puerto de Sfax.

Acabo de regresar a bordo tras un breve paseo por Sfax, una ciudad portuaria tunecina próxima a la frontera de Libia. Anoche recalamos en el puerto tras una maniobra tensa y larga. Para entrar en el puerto de Sfax proviniendo del Norte hay que dar un gran rodeo a fin de sortear una extensa área de muy poco fondo, entre medio y tres metros de sonda, en torno a las islas de Chergui y Gharbi y los Bancos Kerkenah. Llegamos poco después del anochecer, aunque antes del orto lunar.